Como ya vimos en los artículos ¿Qué es una arritmia? y ¿Qué es la fibrilación auricular?, la fibrilación auricular es una arritmia muy frecuente, que conviene diagnosticar y tratar de la forma más temprana posible.
Por ello, una de las preguntas más frecuentes de los pacientes en las consultas es ¿Qué síntomas tiene la fibrilación auricular?
Síntomas de la fibrilación auricular
Lo más frecuente es que la fibrilación auricular tenga manifestaciones que ocasionen que el paciente acuda a su cardiólogo, siendo muy raro que se detecte por casualidad.
Los síntomas más frecuentes de la fibrilación auricular son:
- Sensación de palpitaciones (es decir, ser conscientes del latido cardiaco) o de que el corazón “va muy rápido” de forma repentina.
- Dolor o sensación de un peso muy fuerte encima del pecho.
- Cansancio, sobre todo si es muy importante, haciendo más difícil realizar las actividades cotidianas de la vida diaria, como las tareas domésticas, o cualquier tipo de ejercicio físico.
- Sensación de debilidad generalizada.
- Mareos e incluso desmayos.
- Sensación de falta de aire, hinchazón en las piernas o sensación de ahogo si se está tumbado en la cama, sobre todo en personas con problemas en el corazón ya conocidos.
Factores de riesgo para la aparición de la fibrilación auricular
Existen una serie de circunstancias llamadas factores de riesgo, que aumentan la posibilidad de que aparezca fibrilación auricular, siendo los más frecuentes los siguientes:
- Edad: a mayor edad, más probabilidad de sufrir fibrilación auricular, sobre todo porque también son más frecuentes otras enfermedades, en especial las que afectan al corazón.
- Hipertensión arterial, sobre todo si no está bien controlada y se mantienen las presiones altas durante mucho tiempo.
- Obesidad.
- Consumo de alcohol, sobre todo si es excesivo.
- Antecedentes en la familia de fibrilación auricular.
- Enfermedades (conocidas o no) en el corazón. Con mucha frecuencia, la fibrilación aparece en personas con problemas en el corazón diagnosticados desde hace tiempo, pero también puede pasar que al aparecer la fibrilación auricular se descubra un problema cardíaco desconocido hasta el momento.
- Otras enfermedades que afecten a la glándula tiroides, riñón, pulmón, el colesterol alto o la diabetes, sobre todo si no están bien controladas o llevan mucho tiempo de evolución.
Fibrilación auricular sin factores de riesgo
Es cierto que hay personas que sufren esta arritmia de la aurícula y no tienen ningún factor de riesgo, pero siempre hay que descartar que existan dichos factores, ya que si los hay es muy importante controlarlos para disminuir la posibilidad de que aparezca la fibrilación auricular de nuevo o su tratamiento sea menos eficaz de lo deseable.
Manejo inicial y diagnóstico de la fibrilación
Cuando notamos alguno de los síntomas anteriores, la fibrilación auricular se puede confirmar mediante la realización de una prueba llamada electrocardiograma, en el que se detecta que el ritmo del corazón es irregular y que los latidos tienen velocidades diferentes entre sí, en lugar de un ritmo mantenido de forma constante.
Fibrilación auricular no mantenida o intermitente
En ocasiones, hay episodios de corta duración de fibrilación auricular, que luego desaparece temporalmente, para volver a presentarse en otro momento. En esos casos, puede darse la circunstancia de que el electrocardiograma, realizado en un momento en el que no hay arritmia, sea normal.
En el caso en que la sospecha de fibrilación auricular sea alta porque hay síntomas y el electrocardiograma sea normal, se puede colocar un dispositivo, llamado Holter, que recoge la actividad eléctrica del corazón de forma continua durante 24 horas o más.
El Holter es básicamente un electrocardiograma portátil con el que se puede hacer una vida prácticamente normal y que al poder mantenerse colocado más tiempo es más fácil que pueda detectarse una fibrilación auricular intermitente.
Existen dos grandes tipos de Holter: uno externo, que realiza su función a través de cables colocados en el pecho, y otro llamado implantable, más duradero, que se coloca por debajo de la piel por una pequeña apertura.
En estos pacientes, con mucha frecuencia, se recomienda realizar una ecografía del corazón para ver si existe un problema asociado a la arritmia o si ha habido algún cambio en personas con problemas cardíacos conocidos.